A pesar de ser una reacción natural del cuerpo destinada a nuestra protección, a nadie le gusta experimentar dolor de ningún tipo. Por eso, se han desarrollado diversas alternativas para tratarlo. Sin embargo, esas opciones no siempre tienen un sustento que pueda ser comprobado.
En ocasiones, el dolor llega a generar una sensación tan profunda, que las personas buscan un alivio inmediato mediante algún producto, pero sin detenerse a considerar su fiabilidad.
A continuación, te mostramos lo que no debe usarse para aliviar tu dolor, por tratarse de técnicas en desuso o que no han demostrado ser por completo ser seguras.
En el mercado, se encuentran productos de todo tipo que no resultan ser lo que se espera. Y en el caso de aquellos que prometen aliviar el dolor, se aprovechan del deseo de encontrar una solución rápida y campañas engañosas.
Al mismo tiempo, también existen productos e incluso alimentos que solían recomendarse para tratar ciertos dolores. Sin embargo, actualmente ya no se utilizan debido a que la ciencia encontró mejores y comprobadas alternativas al respecto. Veamos algunas de ellas.
Solía considerarse un remedio común entre las abuelas. Sin embargo, en la actualidad, se sabe que no existe una evidencia científica que respalde esta idea. De hecho, los estudios sugerirían lo contrario, pues lo que esta sustancia haría es aumentar el riesgo de infección, debido a los millones de microorganismos que contiene.
La grasa en general no sería precisamente el mejor tratamiento para tratar el dolor producido, por ejemplo, por una quemadura. Es más, tal como en el caso anterior, colocarla directamente sobre la herida sería contraproducente, debido a que corre el riesgo de sellarse en el calor.
Tras un golpe, lo que se forma en el cuerpo es un hematoma. Y se cree que un poco de carne cruda serviría para desinflamar, pero la carne en sí misma no sería lo que funciona, sino la temperatura a la que se encuentra.
Hace muchos años, solía masticarse para aliviar los malestares de la fiebre y la inflamación. Pero actualmente se encuentra en desuso debido a que su ingrediente activo es el mismo que el de la aspirina: el ácido acetilsalicílico. Por lo tanto, siempre será más fácil abrir el botiquín y consumir una pastilla, en vez de ir al bosque por un poco de corteza. De hecho, está a la venta en cápsulas, en polvo o en estado puro, en caso de dolor de cabeza, inflamación, artritis ósea y el dolor en la zona baja de la espalda.
En el Antiguo Egipto, se creía que la estimulación nerviosa que proporcionaba este animal sería un método para aliviar el dolor de articulaciones, pues decían que las fibras nerviosas que no están experimentando dolor bloqueen las señales que envían las otras. Actualmente, es un tratamiento en desuso porque ya existe una terapia mucho más efectiva que utiliza este mismo principio, además de que puede aplicarse en casa y con total seguridad.
Hay que tomar en cuenta tres aspectos:
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La presión sobre puntos del cuerpo reduce la fatiga muscular y la tensión articular. Los movimientos constantes hacen que la dolencia disminuya, al trabajar sobre los puntos sensibles. Además, ayudan a descontracturar los músculos y mejoran la elasticidad de la piel.
Y sus beneficios continúan, pues también ayudaría a disminuir el estrés, aliviar la sensación incómoda, así como mejorar la circulación de la sangre y reducir el ritmo cardiaco.
Ante algún golpe o tras un moretón, colocar hielo sobre el área lesionada puede servir. Lo importante es no aplicarlo directamente sobre la piel, pues podría producir quemaduras. Por ello, la mejor manera son las compresas. Lo mismo ocurriría con el calor, el cual podría aumentar el flujo sanguíneo.
Es una terapia no invasiva para brindar alivio. Al contacto con el cuerpo, actúa directamente sobre el flujo sanguíneo para prevenir o aliviar dolores, ya sea musculares, articulares y de tendones.
Una alternativa altamente probada por su eficacia para aliviar el dolor es la terapia de estimulación nerviosa eléctrica transcutánea (también conocida como TENS, por sus siglas en inglés). Trabaja con electrodos, los cuales se colocan en el cuerpo para liberar una ligera descarga eléctrica, la cual permite bloquear la sensación de dolor, incluso antes de que la señal llegue al cerebro.
Es tan efectiva que incluso puede aplicarse en la comodidad del hogar y sin apoyo adicional, más que el del aparato electroestimulador, el cual es pequeño y portátil. Incluso, no requiere de medicamentos y es ampliamente recomendado por médicos y fisioterapeutas en todo el mundo.
El aparato de electroestimulación BackVolt ofrece terapia TENS, con 30 niveles de intensidad y electrodos de varios tamaños.
Pero es más que un aparato de electroestimulación. También ofrece la llamada Terapia de Electroestimulación Muscular (EMS, por sus siglas en inglés), que consiste en pulsaciones eléctricas de baja frecuencia para fortalecer y tonificar el cuerpo. Y también es capaz de ofrecer un masaje eléctrico, para reducir la tensión articular.
Por supuesto, cualquier producto que se jacte de ser efectivo para aliviar el dolor también debe especificar en qué casos no está recomendado. Por ello, la terapia TENS no aplicaría en embarazo, cáncer, diabetes, epilepsia y personas con marcapasos.
BackVolt es un aparato que contiene tres funciones: terapia de electroestimulación eléctrica transcutánea (también conocida como TENS), electroestimulación muscular (EMS) y masaje eléctrico.
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Para aliviar el dolor, las personas han intentado todo tipo de alternativas. Algunas serán más efectivas que otras, pero lo cierto es que el objetivo es el mismo: el bienestar.
La tradición popular fue heredando y transmitiendo estos conocimientos, hasta que la ciencia los ha ido teorizando y comprobando, para el mayor bienestar de las personas.
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