Cuando se padece dolor crónico, las opciones para aliviar el malestar son muy diversas y complementarias.
Desde medicamentos hasta fisioterapia, a la lista se suma una alternativa que es sencilla, rápida, puede hacerse en casa, es efectiva y es gratuita: la meditación.
¿Qué es la meditación?
La meditación es un proceso mental a través del cual las personas pueden entrenar su mente para obtener un mayor equilibrio mental, físico y emocional.
A lo largo del tiempo, la meditación ha demostrado su efectividad. La propia Clínica Mayo ha reconocido que esta técnica ayudaría a eliminar el estrés y brindar paz interior.
Beneficios que puedes obtener
Al meditar, se concentra la atención y puede eliminarse el flujo de pensamientos y sensaciones que provocan estrés (por ejemplo el dolor). Está claro: este proceso ofrece bienestar físico y emocional.
¿Cómo mejora tu calidad de vida?
- Aumentas la paciencia, la empatía y la tolerancia.
- Obtienes una nueva perspectiva sobre situaciones estresantes.
- Incrementas la autoconsciencia.
- Reduces las emociones negativas.
- Fortaleces tu sistema inmunológico.
- Mejoras la imaginación, la atención y la concentración.
Tipos de meditación
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Yoga. Es quizá la disciplina de meditación más conocida. Utiliza una serie de posturas y ejercicios controlados de respiración para una mente y cuerpo en armonía.
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Tai chi. Basada en las tradicionales artes marciales chinas, trabaja con una serie de posturas o movimientos de manera lenta y controlada, acompañado de una respiración profunda.
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Meditación guiada. También conocida como ‘imágenes guiadas’ o ‘visualización’, se trabaja con imágenes mentales para relajar el cuerpo y suele ser guiado por una persona.
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Meditación con mantra. Aquí, el objetivo consiste en la repetición de una palabra o frase tranquilizante para redirigir los pensamientos.
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Meditación de consciencia plena. Su objetivo es expandir la percepción y la aceptación del tiempo presente, permitiendo el flujo de pensamientos.
¿Cómo se hace para meditar?
No hace falta ser un experto. Ya sea en casa o en grupo, lo más importante es concentrarte, ser consciente de tu respiración y fluir con el proceso.
Algunas recomendaciones fundamentales…
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Actitud. Se trata de estar dispuestos y con la mente abierta. No existe un solo método para meditar, así que puedes hacerlo a tu propio ritmo.
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Concentración. Libera la mente de distracciones que causan estrés y preocupaciones. Se logra fijando la mente en elementos, objetos específicos, imágenes, un mantra o la propia respiración.
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Respiración relajada. De manera profunda y uniforme, utiliza el diafragma para expandir los pulmones. Así, la respiración se hace más lenta, recibe más oxígeno y se respira con más eficiencia.
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Un lugar tranquilo. Procura iniciar en un espacio lo más libre posible de distracciones y sonidos. Poco a poco, notarás que puedes meditar en cualquier lugar y lo útil que te será hacerlo, como en el tráfico, un sitio lleno de ruido o una pesada junta laboral.
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Una posición cómoda. La meditación puede hacerse con el cuerpo sentado, acostado y hasta caminando. El objetivo principal es estar cómodo y conservar una buena postura.
Si quieres hacerlo en tu día a día, puedes probar lo siguiente:
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Respira conscientemente. Concéntrate en cómo el aire entra y sale de tu cuerpo, respira profundo y despacio. Si en el proceso te distraes, concéntrate de nuevo en la respiración.
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Por atención a tu cuerpo. Concéntrate en las diferentes partes de tu cuerpo e identifica las sensaciones en cada una (tensión, dolor, vibración, calor…). Puedes dirigirte a la parte de tu cuerpo donde sientes dolor y decirle una palabra de amor.
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Repite un mantra. Uno de los más famosos es el ‘Om’ que utilizan en el budismo o considerar algunas oraciones que utiliza la Iglesia cristiana. Incluso, puedes crear tu propio mantra: una palabra o frase que te brinde tranquilidad. Los mantras son independientes de la religión que practiques.
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Estimula tus sentidos. Lee y reflexiona, escucha música para relajarte, palabras grabadas o guías de meditación.
Otras recomendaciones para meditar
Recuerda: la meditación no reemplaza ninguna de las opciones médicas que existen para aliviar el dolor. Son complementos que ayudan a tu mejor calidad de vida.
La meditación puede complementarse con:
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Compresas frías o calientes: Es una dupla ganadora, pues mientras lo frío disminuye la inflamación y el dolor, lo caliente aumenta el flujo sanguíneo.
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Fisioterapia: Utilizan rutinas físicas para tratar algún dolor específico y te asesoran sobre cómo proteger tu cuerpo y evitar daños mayores.
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Masajes: Se trabaja manipulando los tejidos blandos del cuerpo para estimular los sistemas nervioso y muscular.
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Terapia de electroestimulación: Mediante electrodos colocados en el cuerpo, se utiliza corriente eléctrica para bloquear la sensación de dolor antes de que el mensaje llegue al cerebro.
Alternativas para aliviar tu dolor crónico
Como has visto, la meditación es una disciplina que puede ser útil para tratar el dolor crónico. Todas las herramientas que se necesitan para hacerlo las tienes tú mismo.
La vida comienza cuando el dolor termina. Y una manera de aliviarlo se encuentra en la meditación, algo que puedes hacer en casa y con grandes resultados.